En un giro inesperado de los acontecimientos, dos intrépidos hombres del municipio de Epazoyucan, conocidos solo por las enigmáticas iniciales P.C.C. y C.A.A.M., decidieron que el cable de la planta tratadora de aguas negras de CAASIM, en Mineral de la Reforma, era un mercado dorado. Revelándose como los Robin Hood de la electricidad, solo que en lugar de robar a los ricos para darle a los pobres, simplemente robaban para… bueno, para su propia diversión.
La escena del crimen y la intervención policial
El operativo hídrico del PIBEH se encontraba haciendo su rutinario recorrido de inspección cuando notaron lo que parecía ser un movimiento poco ortodoxo en San José Palma Gorda. Al llegar, se toparon con dos motocicletas oscuras, adornadas con franjas rojas, como si fueran parte de un club secreto cuyo lema es “Robar cables y huir”. Lo que no sabían nuestros villanos era que las fuerzas del orden tenían su propia estrategia: el seguimiento policial.
Cuando los uniformados se acercaron, los dos hombres, al verse descubiertos, decidieron que el camino de terracería era su única salida. Sin embargo, lo que siguió no fue un escape perfecto, sino una hilarante carrera a pie que culminó en su captura.
Los sujetos fueron detenidos y entregados al Ministerio Público del fuero común. Al parecer, el robo de cable no solo trae problemas legales, sino que también corta un poco la diversión del crimen.
