El 24 de junio de 1949, hace ya 76 años, Pachuca vivió uno de sus capítulos más oscuros: la Gran Inundación que destruyó parte de la ciudad.
Esta tragedia se desató cuando una torrencial lluvia movilizó un caudal enorme desde el norte, creando un torrente devastador en la cañada de San Buenaventura. En cuestión de minutos, la vida de muchos habitantes cambió para siempre con este inesperado desastre.

El impacto en la ciudad
Las calles se convirtieron en ríos de barro, ramas y escombros. El agua se desbordó y arrastró todo a su paso, incluyendo árboles y objetos personales de quienes no pudieron escapar de la furia del del torrente.


En algunos sectores de la ciudad, el nivel del agua alcanzó hasta 3 metros, lo que convirtió a las fachadas y a los pequeños puestos en víctimas del torrente.


Este evento fue un verdadero shock para los ciudadanos que, en solo unos minutos, se vieron atrapados en medio de un desastre natural.


Un recuerdo que nunca se olvida
La tragedia no solo dejó grandes cicatrices físicas en la ciudad, sino también un profundo impacto emocional.



Al final, 55 personas perdieron la vida ese día, lo que llevó a todos a unirse en un gran funeral en honor a las víctimas.


A 76 años de ese trágico evento, recordamos con reflexión la gran inundación de Pachuca, un recordatorio de la fuerza de la naturaleza.
