Este fin de semana, el estado de Hidalgo se vio envuelto en tragedia cuando dos niños y un adolescente perdieron la vida en diferentes parques acuáticos.
La primera fatalidad ocurrió el viernes por la mañana en el Club Deportivo Valle Sol, en Tulancingo. Un joven de 15 años, junto con dos amigos, ingresó a la alberca sin saber nadar, lo que resultó en una tragedia. Aunque los servicios de emergencia llegaron al lugar, desafortunadamente ya era demasiado tarde. La Procuraduría General de Justicia de Hidalgo se hizo cargo de las investigaciones y del levantamiento del cuerpo.
Al día siguiente, en el Parque Acuático Te-Pathé, ubicado en el municipio de Ixmiquilpan, otro niño de 11 años perdió la vida por ahogamiento. A pesar de ser trasladado al hospital regional del Valle del Mezquital, el menor llegó sin signos vitales. Las autoridades ministeriales fueron llamadas para llevar a cabo las investigaciones correspondientes.
El mismo sábado, por la tarde, en el Balneario El Vito, en Atotonilco de Tula, otro niño de 8 años falleció en una de las albercas. La policía local acudió al lugar y se encontró con una familia en actitud agresiva. Los servicios periciales también se presentaron para recabar datos e indicios que ayuden a determinar cómo ocurrieron los hechos y establecer responsabilidades.
Estos trágicos sucesos nos recuerdan la importancia de la seguridad y la supervisión adecuada al disfrutar de actividades acuáticas. Es fundamental que tanto los establecimientos como los padres estén conscientes de los riesgos y tomen las medidas necesarias para prevenir accidentes. La vida de nuestros seres queridos está en juego.